De los muchos juguetes tradicionales que nos acompañan desde tiempo inmemoriales, las casas de muñecas o en miniatura, son sin duda uno de los más queridos por pequeños y mayores, ya que a la vez son divertidos juguetes y bellos artículos de colección.
Las casa en miniatura, amuebladas y habitadas por familias y mascotas en miniatura, han existido desde hace miles de años, habiéndose encontrado ejemplos en tumbas de más de 5,000 años de antigüedad en Egipto.
Las primeras casas de muñeca europeas datan del siglo XVI, y eran pequeños armarios que mostraban estancias individuales en su interior. Estas casas mostraban espacios idealizados, y eran hechas a mano y exclusivamente para adultos. Eran artículos lujosos que solo las clases más privilegiadas de algunas ciudades de Holanda, Alemania e Inglaterra se podían permitir. Su precio era similar al de una vivienda modesta.
Estas primeras casas como el resto de los juguetes, eran fabricados por artesanos y eran artículos únicos hechos bajo pedido en la mayoría de los casos. Con la llegada de la Revolución Industrial, se empiezan a fabricar juguetes en serie, incluyendo casas de muñecas de madera y sus accesorios. Las marcas más relevantes son alemanas y británicas en los comienzos, uniéndose a ellas empresas estadounidenses a finales del siglo XIX.
Después de la Segunda Guerra Mundial, las casa de muñecas empiezan a fabricarse en serie de forma masiva, reduciendo costos y permitiendo que la mayoría de las niñas de países occidentales puedan tener su propia casa a partir de los años 50.
Existen distintos formatos de casa de muñecas de madera. Algunas se compran ya terminadas con mobiliario y habitantes, otras por partes y algunas personas incluso optan por fabricarlas siguiendo diseños propios. La mayoría se construyen en una sola pieza pero también existen modulares en las que cada caja es una habitación y se apilan a gusto del propietario. Las hay de todos los estilos arquitectónicos, clásicos o más contemporáneos, e incluso miniaturas de casas icónicas diseñadas por reconocidos arquitectos del siglo XX.
Los juguetes, incluyendo las casas de muñecas, proporcionan a nuestros hijos una sensación de control sobre un ambiente idealizado creado por ellos mismos. Esto es muy importante para ellos, que carecen de control real sobre su día a día, y esta posibilidad de decidir hasta los más insignificantes detalles y eventos de su casa de muñecas, les ayuda a desarrollar la confianza en si mismos y a entender la organización y el funcionamiento básico del hogar. Sus pequeñas manos también ganan destreza cuando manipulan el mobiliario en miniatura y mueven a las personitas de habitación en habitación,desarrollando la imaginación al crear historias propias sobre sus familia y actividades, ya sea hacer la comida, prepararse para ir a la cama o cualquier otras rutinas domésticas.
Casa de Muñecas de Petronella Oortman, Holanda, 1686-1710
Baby House Tate, Inglaterra,1760
White ladies House Moray Thomas, Inglaterra,1935
Casa Kaleidoscope Laurie Simmons, Estados Unidos, 2001